jueves, 29 de julio de 2010

VUELO A LA LUNA

Después de tanto dormir, se despertó, era de noche, eso de tener la vida y el sueño trocados era tan común en él, que desde hacía mucho tiempo no se sentía raro cuando al mirar el reloj y ver que eran las 6.10 el no sabia si era de madrugada o de ocaso, era de esas personas que recuperaba la lucidez en el instante mismo que abría los ojos, no como la mayoría de los humanos que tardan una eternidad en dejar de parecer zombies en busca de comida, lo único que siempre sentía al despertar era esa sed interminable y un cierto dolor de cabeza como si se hubiera ahogado en una piscina de whiskey antes de dormir, en realidad tomaba muy poco y cuando lo hacia nunca despertaba con resaca.
Hoy se había levantado con ganas de hacer algo que hace tiempo no hacia, un antojo de esos que llegan de repente, como cuando alguien te manda un beso con el viento y llega cuando a el le da la gana de llegar, así, tan de repente como la muerte misma se le había antojado a él, que hoy quería volar, se baño rápido como siempre lo hacia, el agua caliente le generaba en la piel una sensación poco agradable, se vistió con lo primero que encontró como era normal en él, cocinó pastas y lo disfrutó tanto como siempre lo hacia, las comió despacio y saboreándolas, le dio a sus gatas que eran igual de adictas que el a esa textura pegajosa y ese sabor inigualable de unos buenos spaghettis, solo puso los platos sucios en la cocina, no los lavo, nunca solía hacerlo, les cambio el agua y les sirvió comida a sus compañeras felinas y se sentó a pensar, ¿a donde deseo volar esta noche? En esa simple pregunta se le paso el tiempo, eran las 11.29 Pm cuando al abrir la puerta vio la luna mas enorme que sus ojos jamás habían contemplado, y como a pesar de haber pensado durante tanto tiempo a donde quería volar no había logrado decidir el lugar, quiso ir a la luna y en ella sentarse, y mirar la tierra, y mirar a los amantes, y mirar a aquel hombre distante pensando en cambiar su vida, al padre que besa a su hija y le desea buenas noches y al padre que no llega a su casa desde hace dos noches, a los gatos juguetones que corren por la ciudad y a las ratas que se esconden para no dejarse cazar, al bohemio apasionado que pasa noches en vela pensando en tonterías y a la niña que mira la luna mientras planea su vida, y al sin fin de habitantes de esta bola redonda que azulada y verdosa nos brinda su inmensidad y que llamamos hogar.
Y después de estar allí por muchas horas sentado decidió que era momento de volar hacía su hogar, pues ya iba siendo hora de volver a alimentar a sus amigas felinas, además ya amanecía y la luna presurosa, corría a ocultarse.

3 comentarios:

  1. !como cuando alguien te manda un beso con el viento y llega cuando a el le da la gana de llegar, así, tan de repente como la muerte misma se le había antojado a él"Por esa frase valio la pena todo el texto, esa sola frase recoge tantisimos sentimientos uffff

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  2. No lo alcancé a leer ayer, fue un día de locos...

    Me parece que ese parcero de las gatas y los spaghettis...yo lo conosco.
    Jájajajajajajajajaja.

    Muy bueno, esa parte de sentarse en la luna a contemplar desenvuelve muchas situaciones nocturnas de contrastes fuertes y matices grises de lo común.

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