lunes, 12 de abril de 2010

Parte de algo inconcluso ( Amores soñados, desamores reales y vidas perdidas) Amores soñados

21 de marzo, 2 pm
no podía dejar de pensar en él, en su imagen de hombre perfecto, de amor soñado, en los besos sin fin, los castillos de ensueño, las hadas y los magos, en todo ese mundo que durante tres años el se había encargado de construir para ella.

Últimamente cuando no estaban juntos todos estos hermosos pensamientos le llenaban la cabeza con una intensidad casi tan grande como el amor que sentía, casi tan alarmante como la emoción que la invadía cuando lo miraba a los ojos y casi tan cálida pero a la vez escalofriante como cuando el la abrazaba y a ella la absorbía la abrumadora certeza de que todo era un sueño.

intentando pensar en otra cosa y sin lograrlo, recordó, mientras tomaba su té, cuantas veces escucho a todo el mundo decir que el amor no es un sentimiento cuantificable, que no será nunca posible expresar cuanto se ama en números, ya que incluso es casi imposible expresarlo en letras, sonrió y se sintió un tanto inteligente, un tanto orgullosa y un poco mas engreída de lo común, pensando que debería tener mas a menudo ataques de genialidad tales como la frase que acababa de decirse y la cual no paraba de analizar:" mi amor por el esta limitado, exacta y perfectamente por el infinito " sonrió de nuevo, terminó su te y se fue a caminar.
¿Qué estaría haciendo el en estos momentos? se preguntó, quizá pensando en ella, respondió inmediatamente y con una seguridad que ni ella misma sabía de donde había salido, tal vez seria por que eso era lo que le gustaba creer, era un día cálido y soleado, un tanto extraño pues la época de invierno estaba en su apogeo, en ese tipo de días a ella le gustaba andar por ahí imaginando que tal vez el sol quería verla caminar y se abría paso entre las nubes para poder tocarla con sus rayos de colores, brillantes y acogedores, pero no tan penetrantes, con tanto brillo y luminosidad como los ojos de el, esos ojos que en cuanto la miraban le hacían sentir como si dos soles se clavaran fijamente sobre su blanca piel desnudando su deseo por sentirse amada, no eran los días soleados, ni tampoco el sol el que la hacia sentir tan feliz, era simplemente ese reflejo, el sentir esa caliente sensación de luz cubriendo su desteñida piel, que le recordaba esos ojos y su mirada de sol, y sonreía y se sentía flotar en el aire dentro de una burbuja hecha completamente de ilusiones, de sueños trazados y hechos realidad a medias pero aun sin ser abandonados.
De repente el sol se canso de observarla y seguirla, desapareció de golpe y le dio paso a la lluvia tibia y arrulladora que empezó a caer sobre la ciudad mientras ella muy tranquila seguía flotando entre gentes que corrían hacia ningún lugar, escapando supuestamente de la lluvia, pero que generalmente intentado huir de si mismos, corriendo como si tú no vivieras dentro de ti y te siguieras a todos lados.
Se sentó en la banca del parque que daba al lago y pensó:” me gusta observar la lluvia caer, porque cada gota al tocar el suelo grita tu nombre”, decidió regresar a casa, en verdad nunca le había gustado estar bajo la lluvia le hacia recordar aquella vez en que sin saber como ni porque hizo que sus ojos se llenaran de lagrimas y se nublara por un instante ese brillo que tanto amaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario