Ese día, como era normal, él, si él, salió a divagar por la ciudad, como solía hacerlo desde siempre, le gustaba caminar entre la gente sin que ellos se percataran siquiera de su presencia.
No tenía una ruta fija, simplemente se dejaba llevar por el sol, por el viento, por una mujer hermosa, o por cualquier tontería que se atravesara en su camino.
Está vez, mientras caminaba, sintió un pequeño tirón, como si la bota de su pantalón se hubiera enredado con algo, pero como cosa rara en su actitud no le importo demasiado y siguió caminando.
Tras un rato largo de andar, se dio cuenta, que hoy la gente si lo miraba y notaba su presencia, igual, pensó, que tal vez antes también lo hacían, pero simplemente el no se fijaba en ellos, era muy seguro que siempre lo miraran, se dijo a si mismo, ya fuera por su apariencia descuidada o por su actuar distraído; sintió frío, no le importo, continuo andando, un escalofrío, no le importo, continuo andando, una leve sensación de calor como si un liquido tibio se derramara por todo su cuerpo, no le importo continuo andando, sintió como si algo se hubiera derramado al lado suyo, no le importo continuo andando, estaba muy ensimismado en la música que oía, además porque tendría que importarle, al fin y al cabo no era nada importante.
Al llegar a su casa y cerrar la puerta, sintió como si algo que lo tenia atado se cortara y lo liberara, tampoco le importo, al fin y al cabo era un buena sensación la que lo invadía, entró a su cuarto, se miro al espejo, cosa que no hacía hace mucho tiempo, se noto raro, un poco flaco y descolorido, había cambiado mucho desde su última vez frente al espejo, era literalmente un esqueleto andante, lo único aparte de huesos que alcanzaba a ver, era su alma, que enredada en sus costillas, brillaba, intentó recordar, retroceder en el tiempo, aunque no le afectara o le impresionara en exceso su situación deseaba saber como le había sucedido eso, pensó entonces en el hilo que sintió que se cortaba cuando entró a su casa, seguramente su ultima vena o nervio, recordó aquella cosa que se había derramado a su lado, tal vez sus órganos, regresó a esa leve sensación de calor, quizá sus músculos desprendiéndose, el escalofrió, simplemente su piel, y el frió del principio, obviamente su ropa; ahora entendía las miradas raras, lo que no comprendía, es como todo su cuerpo, se había descosido, empezando por un hilo en la bota de su pantalón, no le importaba mucho pensar en eso, simplemente dejo escapar un suspiro el cual se fue alejando al mismo tiempo que su alma y su esqueleto hecho polvo se desvaneció en el aire y así fue como Tú amigo, descuidadamente Y sin saberlo, te descosiste.
Los descosidos♥
ResponderEliminarComo nos gusto esa idea, y que bien salio
(: